lunes, 17 de agosto de 2020

CHAMAN ORGANIZACIONAL

CHAMÁN ORGANIAZCIONAL
En toda la historia de la humanidad y en  todas las culturas ha habido guerras
, desastres naturales, muertes masivas, en pocas palabras; caos y pareciera que los ciclos se repiten incesantemente, como si el destino de las personas estuviera ligado a este constante ir y venir de eventos, situaciones o circunstancias desfavorables.

Existe una popularizada idea de que el destino es ajeno a las decisiones humanas, a la toma de acciones previsoras y a la  falta de actitud o voluntad colectiva para resolver los que se necesita para un grupo o sociedad, la pregunta más frecuente es; seguro que hay alguien que debe hacer algo pero: ¿Quién?
Las personas que han jugado este papel en la historia eran una combinación de personajes, o caracteres que más bien se asemejan a un médico, un rastreador, especialista botánico, guardián del protocolo y costumbres, astrólogo, artista plástico, músico, danzante, etc.

La  figura que mejor podría describir toda esta gama de habilidades es en definitiva un “Chamán”, este personaje tenía en sus principales habilidades la de comunicarse con los “diversos mundos paralelos de la realidad”, es decir entre el mundo de lo conocido y el mundo de lo desconocido, entre la  realidad y la fantasía, entre el conciente y el inconciente colectivo e individual.
Me refiero al “Chamán” como una figura muy humana que había sido capaz de desafiar su propia naturaleza limitada, para ascender a las alturas de la conciencia del conocimiento que le estaba regalando la madre naturaleza, y así poder estar en contacto con la naturaleza de su propio ser interior para desde allí obtener las suficientes respuestas para acompañar, aconsejar, mentorear y/o guiar a su grupo o tribu en su desarrollo o sobrevivencia.

La personalidad del “Chamán” se conformaba de una serie de rituales que le ponían a prueba todo su valor, toda su cordura, su capacidad para serenarse, la manera de dirigirse en medio del miedo, la estabilidad de sus emociones ante los desafíos, la capacidad para “ver más allá de lo común”, para enfrentar  a la muerte y sobrepasar la prueba. Todo para prepararlo para el papel que debería de realizar  en honor de su tribu, todo para  ayudar a mejorar la manera en que vivía su gente. Todo eso en él o ella se convertía en su “Gran compromiso con el Universo”.

El Chamán estaba siempre listo a observar, a percibir detenidamente la relación de las cosas; en la naturaleza, la relación del clima y las cosechas, la influencia de la luna en la marea, la lluvia y la sequía, el movimiento del viento en los árboles y cómo esto le permitía hacer la previsión de las estaciones de invierno o primavera, todo esto le dotaba de información para entender lo que estaba sucediendo aunque nadie lo entendiera.

El Chamán daba un detallado seguimiento  a todo lo que observaba, registraba de  diversas maneras sus observaciones, iba dejando las huellas previsoras o las advertencias para las generaciones posteriores, guardaba celosamente el conocimiento que podría poner en riesgo a la tribu o daba a conocer lo que había descubierto que los pusiera en ventaja o desventaja frente a situaciones  u otras tribus, todo era registrado en pinturas en las cuevas, tatuajes en su cuerpo, bordados en sus ropas, petroglifos en piedra, etc., siempre buscaba preservar el conocimiento y la mejor manera para hacerlo fue el crear códigos simples de lenguaje, mediante signos o símbolos, después éstos fueron preservados  en experiencias que le dieran vida y se comenzaron a representar mediante rituales y éstos poco a poco fueron convirtiéndose en las costumbres y tradiciones de la tribu.

Estas tradiciones o costumbres guardaban el secreto místico de la identidad, el origen y el futuro de cada una de las tribus.

El Chamán era entonces el “Guardián de la identidad”.

La identidad de cada pueblo o tribu, es lo que les daba sentido, lo que les permitía tener arraigo, lo que les impulsaba a mantenerse unidos para pelear, sortear desafíos, enfermedades, desastres naturales, etc., era lo único que llevaban de un lugar a otro, lo que les permitía preservarse.

Los símbolos que se creaban en medio de las tribulaciones, eran tan fuertes como los pactos en los tiempos de gloria, el nacimiento, la muerte, una boda, una cacería exitosa, una fiesta ya que todos los momentos eran suficientes para crear un nuevo símbolo, una nueva marca, una nueva historia, que no venía a remplazar una antigua, más bien se sumaba y aumentaba el orgullo de pertenecer a la tribu.

Estos símbolos eran el resultado de sintetizar la acción, la observación de la naturaleza, el estado  espiritual-emocional del Chamán, como un calibrador del estado colectivo. Así se creaban los “Vínculos Mágicos” entre el Cosmos y la vida cotidiana de la tribu, de esta manera se  entablaba una comunión entre el pasado-presente-futuro, que buscaba por sobretodo preservarse mediante los rituales, la tradición, la conciencia de un todo que estaba conectado.

En la actualidad este papel lo juegan una serie de personas que han sabido acumular experiencia, que han desarrollado las habilidades necesarias para observar, analizar, discernir, conectar y sanar o mediar entre el caos de los grupos y comunidades, ya sean de diversa naturaleza como; grupos sociales, clubes deportivos, comunidades rurales, nichos de negocio, cadenas productivas, empresas de servicios, manufactureras o financieras, ONG´s, instituciones educativas, partidos políticos, colectivos, cooperativas, colonias o barrios populares.

Esta labor se llama “Facilitación” y quien la realiza se le denomina “Facilitadora o Facilitador”.

Estas personas, podríamos decir; son los nuevos chamanes, los guardianes de las formas para establecer entendimiento, para crear espacios de diálogo, para fomentar la participación, para provocar la colaboración, para inspirar a la resolución de problemas y para honrar la “Visión Compartida”, ellas y ellos son quienes han pasado el proceso de observar y entender, de asimilar y ayudar, de crear, pero sobre todo creer en que todo puede estar mejor, porque han preservado la evidencia de diversas culturas, en distintos momentos  de la historia y por diferentes medios, de que se puede estar mejor si todos lo queremos y si todos lo buscamos juntos.

¡TÚ PUEDES FORMAR PARTE DE ESTO!

Escribe o envía Whatsapp
 
gentium.info@gmail.com
+ 52477 7509395

domingo, 16 de agosto de 2020

DEL CAOS A LA ESPERANZA!!!

El Caos es inminente, la desesperación ,  la falta de claridad y de ayuda, en México y cada vez en más lugares del mundo, anualmente  aumentan la cantidad de los desastres naturales y/o contingencias masivas provocadas por diversos factores. 

Existe una gran cantidad de entidades, organizaciones y sistemas de asistencia posterior al desastre, sin embargo hay poca continuidad con las personas que se quedan, es decir, los damnificados, ya que no basta con ayudarles en sus necesidades básicas mientras son una "Noticia de primera plana",  es después de haber sobrevivido cuando continúa el trabajo más arduo en las ciudades, comunidades y zonas traumatizadas por un desastre, es decir la "Reconstrucción Social". Preparar a las personas a fortalecerse como grupo humano, como comunidad solidaria y crear los lazos posteriores al infortunio para reconstruir y sanar colectivamente.

Estamos convocando a los diversos organismos, instituciones  para formarse en un modelo aceptado internacionalmente por parte de la GFSC , quienes podrían dar el entrenamiento necesario para anticiparnos  a estos fenómenos de la siguiente manera:

1. Formación en el modelo de Intervención en Crisis
2.Creación de redes sociales locales, nacionales e internacionales
3. Intercambio de experiencias desde la vivencia
4. Plan de intervención local, regional y nacional
5. Formar parte de la RED Mexicana de Facilitadoras y Facilitadores



Es importante escribir a la siguiente dirección para más detalles

Escribe a esta dirección si deseas formar parte de ésto. gentium.info@gmail.com  

martes, 1 de marzo de 2011

CHAMAN ORGANIZACIONAL

Por. Ricardo Morado


En toda la historia de la humanidad y en  todas las culturas ha habido guerras, desastres naturales, muertes masivas, en pocas palabras; caos y pareciera que los ciclos se repiten incesantemente, como si el destino de las personas estuviera ligado a este constante ir y venir de eventos, situaciones o circunstancias desfavorables.


Existe una popularizada idea de que el destino es ajeno a las decisiones humanas, a la toma de acciones previsoras y a la  falta de actitud o voluntad colectiva para resolver los que se necesita para un grupo o sociedad, la pregunta más frecuente es; seguro que hay alguien que debe hacer algo pero: ¿Quién?


Las personas que han jugado este papel en la historia eran una combinación de personajes, o caracteres que más bien se asemejan a un médico, un rastreador, especialista botánico, guardián del protocolo y costumbres, astrólogo, artista plástico, músico, danzante, etc.


La  figura que mejor podría describir toda esta gama de habilidades es en definitiva un “Chamán”, este personaje tenía en sus principales habilidades la de comunicarse con los “diversos mundos paralelos de la realidad”, es decir entre el mundo de lo conocido y el mundo de lo desconocido, entre la  realidad y la fantasía, entre el conciente y el inconciente colectivo e individual.


Me refiero al “Chamán” como una figura muy humana que había sido capaz de desafiar su propia naturaleza limitada, para ascender a las alturas de la conciencia del conocimiento que le estaba regalando la madre naturaleza, y así poder estar en contacto con la naturaleza de su propio ser interior para desde allí obtener las suficientes respuestas para acompañar, aconsejar, mentorear y/o guiar a su grupo o tribu en su desarrollo o sobrevivencia.


La personalidad del “Chamán” se conformaba de una serie de rituales que le ponían a prueba todo su valor, toda su cordura, su capacidad para serenarse, la manera de dirigirse en medio del miedo, la estabilidad de sus emociones ante los desafíos, la capacidad para “ver más allá de lo común”, para enfrentar  a la muerte y sobrepasar la prueba. Todo para prepararlo para el papel que debería de realizar  en honor de su tribu, todo para  ayudar a mejorar la manera en que vivía su gente. Todo eso en él o ella se convertía en su “Gran compromiso con el Universo”.


El Chamán estaba siempre listo a observar, a percibir detenidamente la relación de las cosas; en la naturaleza, la relación del clima y las cosechas, la influencia de la luna en la marea, la lluvia y la sequía, el movimiento del viento en los árboles y cómo esto le permitía hacer la previsión de las estaciones de invierno o primavera, todo esto le dotaba de información para entender lo que estaba sucediendo aunque nadie lo entendiera.


El Chamán daba un detallado seguimiento  a todo lo que observaba, registraba de  diversas maneras sus observaciones, iba dejando las huellas previsoras o las advertencias para las generaciones posteriores, guardaba celosamente el conocimiento que podría poner en riesgo a la tribu o daba a conocer lo que había descubierto que los pusiera en ventaja o desventaja frente a situaciones  u otras tribus, todo era registrado en pinturas en las cuevas, tatuajes en su cuerpo, bordados en sus ropas, petroglifos en piedra, etc., siempre buscaba preservar el conocimiento y la mejor manera para hacerlo fue el crear códigos simples de lenguaje, mediante signos o símbolos, después éstos fueron preservados  en experiencias que le dieran vida y se comenzaron a representar mediante rituales y éstos poco a poco fueron convirtiéndose en las costumbres y tradiciones de la tribu.


Estas tradiciones o costumbres guardaban el secreto místico de la identidad, el origen y el futuro de cada una de las tribus.


El Chamán era entonces el “Guardián de la identidad”.


La identidad de cada pueblo o tribu, es lo que les daba sentido, lo que les permitía tener arraigo, lo que les impulsaba a mantenerse unidos para pelear, sortear desafíos, enfermedades, desastres naturales, etc., era lo único que llevaban de un lugar a otro, lo que les permitía preservarse.


Los símbolos que se creaban en medio de las tribulaciones, eran tan fuertes como los pactos en los tiempos de gloria, el nacimiento, la muerte, una boda, una cacería exitosa, una fiesta ya que todos los momentos eran suficientes para crear un nuevo símbolo, una nueva marca, una nueva historia, que no venía a remplazar una antigua, más bien se sumaba y aumentaba el orgullo de pertenecer a la tribu.


Estos símbolos eran el resultado de sintetizar la acción, la observación de la naturaleza, el estado  espiritual-emocional del Chamán, como un calibrador del estado colectivo. Así se creaban los “Vínculos Mágicos” entre el Cosmos y la vida cotidiana de la tribu, de esta manera se  entablaba una comunión entre el pasado-presente-futuro, que buscaba por sobretodo preservarse mediante los rituales, la tradición, la conciencia de un todo que estaba conectado. 


El Chamán movía la energía personal y colectiva, para potencializar el poder de cada persona de la tribu, y canalizaba el efecto multiplicador que esto provocaba, en bien de la comunidad.


En la actualidad este papel lo juegan una serie de personas que han sabido acumular experiencia, que han desarrollado las habilidades necesarias para observar, analizar, discernir, conectar y sanar o mediar entre el caos de los grupos y comunidades, ya sean de diversa naturaleza como; grupos sociales, clubes deportivos, comunidades rurales, nichos de negocio, cadenas productivas, empresas de servicios, manufactureras o financieras, ONG´s, instituciones educativas, partidos políticos, colectivos, cooperativas, colonias o barrios populares.


Esta labor se llama “Facilitación” y quien la realiza se le denomina “Facilitadora o Facilitador”.


Estas personas, podríamos decir; son los nuevos chamanes, los guardianes de las formas para establecer entendimiento, para crear espacios de diálogo, para fomentar la participación, para provocar la colaboración, para inspirar a la resolución de problemas y para honrar la “Visión Compartida”, ellas y ellos son quienes han pasado el proceso de observar y entender, de asimilar y ayudar, de crear, pero sobre todo creer en que todo puede estar mejor, porque han preservado la evidencia de diversas culturas, en distintos momentos  de la historia y por diferentes medios, de que se puede estar mejor si todos lo queremos y si todos lo buscamos juntos.


Nuestro País necesita que seamos más y más!!

¡TÚ PUEDES FORMAR PARTE DE ESTO!

ESCRÍBENOS YA!!